EVOLUCIÓN: "El chimpancé que quería ser humano"

En los años 70 muchos chimpancés eran capturados en las selvas del Congo para luego ser repartidos a otros países con distintos fines como formar parte de zoológicos, como mascotas o incluso para experimentar con ellos en laboratorios científicos.

Fue así como Oliver, con tan solo unos meses de vida,  llegó a Texas, EEUU, junto a otros dos chimpancés para formar parte de una peculiar escuela de adiestramiento en la que se enseñaba a los chimpancés a hacer ciertas cosas para el mundillo del cine y la publicidad.

Oliver no era un chimpancé normal. Su anatomía no era como la de sus compañeros:

  • Su cabeza era mucho más pequeña y redondeada que la de sus compañeros.
  • Carecía de pelo en ella y también en el pecho.
  • Sus orejas eran pequeñas y puntiagudas.
  • Su mentón era más semejante al de los humanos que al de su propia especie.
  • Siempre caminó de pie.
  • Le encantaba: ver la televisión, y si tenía una cerveza en una mano y un puro en la otra, mucho mejor.
  • Aprendió a usar el baño y a lavarse las manos con frecuencia, e incluso aprendió a hacerse café, que degustaba y paladeaba con sumo placer.
  • No le gustaba la compañía de otros simios, ni a éstos la presencia de Oliver. Según parece, Oliver tenía un olor muy diferente a los otros y por esta razón estos le repudiaban.

Oliver, imaginándose humano, se enamoró de su cuidadora y no desaprovechaba ninguna ocasión para demostrárselo. Sus dueños decidieron que Oliver se marchara a otro lugar. Durante un tiempo el mundo se olvidó de este peculiar simio.

Muchos fueron los que dijeron que los rasgos físicos de Oliver, muy similares a los humanos, no podían venir más que de un cruce de un chimpancé como un humano, una aberración del cromosoma que por algún azar llegó a nacer. Sin embargo se le realizaron pruebas de ADN:
  • Demostraron que Oliver era 100% chimpancé, sin ninguna posibilidad de mezcla genética humana.
  • Demostraron ciertas variaciones en su cadena molecular que lo convertían a Oliver en el único ejemplar conocido de su especie
A pesar de su inusual apariencia y comportamiento, los científicos determinaron en los años 1990 que Oliver no era un híbridoentre humano y chimpancé. Se pensaba que Oliver pertenecía a alguna especie de simio que muy reducida, que habitaría en las selvas más profundas del Congo y que eso se demostraría capturando más ejemplares de su propia especie. Pero eso jamás ocurrió y hasta el momento nunca se ha visto ni conocido a otro simio con las mismas características que Oliver.
La Buckshire Corporation, (un laboratorio para pruebas científicas y cosméticas de animales), allí los primeros estudios relevaron maltratos debido a que vivió 9 años en una pequeña jaula, esta le generó atrofia muscular al punto de que sus miembros temblaban. 
En 1996 se produjo el retiro de Oliver a una colonia de su corporación donde residían trece chimpancés. Nunca lo utilizaron para realizar pruebas científicas, pues era considerado especial
Aquí se podría teorizar en muchos aspectos. ¿Fue Oliver el último de su especie? ¿Fue su especie ese eslabón perdido de la evolución entres simios y humanos del que tanto se ha hablado?
Los partidarios de la evolución verán en Oliver una muestra excelente para respaldar su teoría, otros muchos tan solo pensarán que Oliver fue un chimpancé normal, con un azaroso y peculiar defecto genético que le hizo famoso.
Lo único cierto es que Oliver no fue un chimpancé normal. Oliver fue el chimpancé que quería ser humano.

-Sara Camacho León Nº4

2 comentarios:

  1. ¡Gracias Sara! No tenía ni idea acerca del caso de Oliver y que me ha parecido bastante interesante y curioso. Cuando he empezado a leer tu aportación pensé que había sido una manipulación genética, y a medida que lo fui leyendo y entendiendo, comprobé que no lo era. También me ha llamado mucho la atención los sentimientos que sentía Oliver hacia su cuidadora, como si fuera él un humano más. Es increíble que por pequeñas variaciones en la cadena molecular, aparezca un individuo tan peculiar. Me ha gustado mucho tu aportación, ¡seguiré investigando algo más!

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  2. Es una aportación muy interesante Sara, sin duda, Oliver era único y especial, pero... ¿Tuvo descendencia? y, si es así, ¿Heredaron sus crías algunos de sus rasgos especiales? Sería un gran paso para entender el proceso evolutivo humano completo conocer ese eslabón perdido entre el chimpancé y el humano actual.

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