Yo he decidido escoger esta entrada de un antiguo compañero:
José Antonio Zamudio Amaya. Me ha resultado un tema muy interesante, y al
parecer a mi compañero Enrique de Andrés (4º A) también, ya que ha escogido
este tema al igual que yo.
Para hacer una investigación más ampliada y no repetir todos
los datos (algunos pienso que deben repetirse para que mi trabajo esté
totalmente completo), he decidido contrastar la información de ambas entradas y
orientar mi propia investigación hacia un punto quizás más reciente y más
efectivo para la inmortalidad.
La inmortalidad es algo que siempre ha fascinado al ser
humano y por lo tanto se ha estado investigando durante años. Es muy difícil
conseguir que nuestras células vivan eternamente, pero sí podemos hacer que
vivan durante más tiempo.
Digamos que
en los inicios de estas investigaciones parten de lo que se conocen como
telómeros. Estos son una especie de “tapones” que se encuentran situados en
cada uno de los extremos de los brazos de los cromosomas.
Tienen una serie de funciones principales que consisten
en mantener la estabilidad estructural del cromosoma, la división celular y el
tiempo de vida de una célula. Hoy en día sabemos que los télomeros son unos de
los principales responsables del envejecimiento, pues digamos que son como
relojes internos de nuestro organismo y que a medida que se acortan nos vamos
haciendo más mayores. Cada vez que se produce una división celular se acortan de manera que
llega un punto en el que el telomero es demasiado estrecho y la célula muere.
Desde el descubrimiento de estas partes del cromosoma,
numerosos grupos de investigadores han tratado de revertir este proceso de
“envejecimiento” celular. Esto les ha llevado a ciertos descubrimientos como el
de las células HeLa que se dice que son inmortales puesto que su número de
divisiones celulares es ilimitado. Pero a pesar de que dicho descubrimiento
cambiase gran parte de la orientación de las investigaciones, muchas de ellas siguieron
tratando de conseguir la inmortalidad de nuestras propias células.
Tras diversos estudios de los telómeros se han producido
hasta 5 premios Nobel. Pero el enero de 2015 un grupo de científicos de la
universidad de Standford (EEUU), desarrollaron un nuevo método o técnica que
consiste en alargar los telómeros y así de esta forma, se puede alargar la vida
de la célula. Este estudio consiste en añadir ARN (ácido ribonucleico) modificado
a la cultivación de las células humanas. Al añadir este compuesto, la actividad
de la telomerasa/ de los telómeros aumenta durante uno o dos días y después el
ARN se disuelve completamente sin causar ningún oro efecto sobre la célula. Las
investigaciones afirman que cuantas más divisiones haya hecho una célula,
presenta signos de envejecimiento y que estos signos de envejecimiento
desaparecen tras reaccionar con el ARN y comienzan a comportarse como células
jóvenes.
sacar que tal vez aun no podamos se inmortales, pero se tiene
controlado el envejecimiento y si las investigaciones que siguen progresando
tienen un efecto positivo, de aquí a 2045 podríamos llegar a conseguir la
“fórmula” de la inmortalidad.
BIBLIOGRAFÍA
IMÁGENES
PAULA LUENGO BERNABÉ
4º ESO C
Paula, muy interesante los últimos trabajos del 2015 sobre el alargamiento de los telómeros. No lo sabía. Gracias por mantenerme al día. Muy bien documentado y bien expresado . Me encanta el dibujos del csomosoma viejito con sus telómeros cortitos. ¡¡ Enhorabuena!!
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