Sin embargo, se ha observado que cierto tipos de células cancerígenas tienen más de dos centrosomas. Esto abre la posibilidad de que la formación del huso mitótico que, como vemos en la figura, se forma a partir de los dos centrosomas ubicados en polos opuestos, ya no se dé y en su lugar se puedan generar más husos mitóticos en diferentes direcciones como verán en la siguiente figura:
La primera figura (bipolar scattered) se da en condiciones normales de división celular. La segunda (multipolar) se da en cierto tipos de células cancerígenas, donde cada centrosoma (teñido de rojo) puede generar un huso mitótico (verde) en diferentes partes de la célula. Y la tercera figura (multiáster) es parecido al multipolar pero más pequeño y compacto. Estos dos últimos casos provoca que la célula se divida en tres o más células hijas, generando así aneuploidías (repartición desequilibrada de los cromosomas) y por lo tanto, la muerte de la célula.
Sin embargo, estas células cancerígenas tienen un mecanismo que les permite solucionar el problema de tener más de dos centrosomas. Lo que hacen es agrupar a los múltiples centrosomas en dos grupos, dispuestos en cada uno de los polos de la célula y restaurando la bipolaridad de la misma (tal como en la primera figura) y así dividirse correctamente.
Para identificar los genes responsables de este mecanismo, investigadores de la Escuela de medicina de Harvard liderados por el Dr. Mijung Kwon, usaron un tipo de células de la mosca de la fruta que se caracterizaba por tener más de dos centrosomas.
Al realizar múltiples pruebas usando proteínas fluorescentes, Mijung y su equipo encontraron dos genes que parecían ser responsables del agrupamiento cromosómico: ncd y myo10. La primera formaba parte de la familia de las proteínas motoras conocidas como kinesinas y responsable de mover los centrómeros hacia los polos, mientras que la segunda formaba parte de las miosinas y era la responsable de agruparlos. Cuando uno de estos dos genes eran silenciados, las células no podían restaurar la bipolaridad y se formaban husos mitóticos multipolares. Además, Ncd tenía su homólogo en líneas celulares humanas: HSET.
Los investigadores también encontraron que las proteínas SAC (punto de control del ensamblaje del huso)como Mad2 también cumplen un rol importante en la agrupación de los centrosomas por ser los encargados de retrasar la división celular, antes de entrar a la anafase, para dar tiempo a que se sinteticen HSET y Myo10.
Finalmente, también demostraron que la forma de ensamblaje de la actina y la morfología de la célula jugaban un papel importante en el agrupamiento cromosómico. Cuando la célula tenía forma alargada o polarizada, la proporción de husos mitóticos multipolares eran menos frecuentes que cuando la célula tenía forma de pelota. Y cuando se indujo una nueva morfología usando micropatrones de fibronectina (forma “O” e “Y”), la célula también formaba husos mitóticos multipolares.
¿Y para qué es importante todo esto? Este trabajo abre la posibilidad a una nueva estrategia de agentes terapéuticos contra el cáncer. Se pueden diseñar fármacos capaces de inhibir o silenciar a HSET ya que esta proteína no es importante en la división celular normal, sólo es necesaria cuando hay muchos centrosomas (amplificación de centrosomas), de esta manera el tratamiento sería mucho más específico. Además se demostró que cuando HSET era silenciado, la viabilidad de las células cancerígenas se redujo casi en un 95%.
Queda mucho que investigar aún, y espero que con los estudios que se llevan a cabo algún día seamos capaces de descubrir una cura para el cáncer.
¡Espero que os haya resultado interesante esta entrada, que hayáis aprendido algo al leerla y que os hayáis quedado con ganas de investigar más sobre ello!
Fátima Lebrón Álvarez
4ºB E.S.O.
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