Como todos sabemos el Tyrannosaurus rex es
el dinosaurio depredador carnívoro por excelencia. Retratado en los libros y
películas como feroz y despiadado, su silueta es muy característica por
desproporcionada: una cabeza gigantesca de mandíbulas potentísimas, unas patas
traseras musculadas en contraste con los brazos minúsculos hasta lo cómico.
Un dinosaurio T Rex adulto medía 12 metros y pesaba 6
toneladas. Sin embargo, sus brazos apenas medían un metro. A pesar de ser
pequeños, los brazos de este dinosaurio eran fuertes.
La explicación de tan pequeñas extremidades superiores
tiene que ver, aunque parezca paradójico, con la armonía de proporciones para mantener el equilibrio. La
tendencia evolutiva por aquellas en los dinosaurios hipercarnívoros era
aumentar el tamaño de la cabeza para alojar unas mandíbulas potentes para poder machacar los caparazones de
los cadáveres y desgarrar la carne de sus presas.
Contaban con una gran masa muscular localizada en las
caderas para mantenerse en pie y la
cola, pero no era suficiente para vencer el contrapeso de la enorme cabeza. Para
compensar la cabeza tan grande, los brazos del T rex se
acortaron, perdieron masa. Así se reajustaron las proporciones para que el
animal pudiera tener el centro de gravedad en un lugar que le permitiera tener
una postura equilibrada.
Los primeros restos fósiles de T rex se
descubrieron a finales del siglo XIX en Norteamérica. En 1905, el paleontólogo Henry Fairfield Osborn hizo
la primera descripción de uno de estos animales a partir de varios esqueletos.
A pesar de que a los paleontólogos les costó mucho asimilar que sus brazos
fueran tan ridículamente pequeños, la reconstrucción actual no dista casi de
aquella.
Desde
entonces no han parado de aparecer fósiles de estos grandes carnívoros que
lograban la comida, veces cazando y otras buscando carroña. Algunos de los
restos hallados están en un estado de conservación excelente, como una pata
hallada en 2003 con tejidos blandos de hace 68 millones de años.
Hoy sabemos que la familia de los tiranosaurios era muy amplia y diversa. Se
conocen más de 20 especies. Todas tenían un esqueleto parecido, pero en
diferentes tamaños. Los había del tamaño de un perro. No por
ello dejaban de ser terribles.
Esta información me ha parecido muy interesante ya que
siempre caracterizamos este dinosaurio con esa forma y tamaño de brazos, pero
una gran mayoría no sabíamos el por qué de ésto.
Alicia Ruiz Guerrero
El “rey de los dinosaurios tiranos” o Tyrannosaurus rex, utilizó otra forma para compensar su inmenso peso: desarrolló una cola de 40 vértebras para hacer contrapeso. Además no caminaba de forma erguida, como se suele pensar, sino que adoptaba una postura de ave, con la cola en el aire y la cabeza hacia delante. Todos sus huesos del esqueleto estaban huecos, para reducir peso sin perder fuerza. Respecto a si este reptil era carroñero y/o depredador, hay un interesante debate abierto. Por una parte, algunos científicos afirman que fue carroñero. Su olfato estaba muy desarrollado para detectar presas muertas a largas distancias y sus cortas patas superiores no les permitirían agarrar a las presas vivas.
ResponderEliminarSin embargo, su visión era binocular, superior a la del halcón actual (no tendría sentido poseer una vista tan desarrollada siendo carroñero). Además se encontró un esqueleto del hadrosáurido Edmontosaurus annectens presenta en sus vértebras de la cola una lesión infligida por un Tyrannosaurus y curada luego. El hecho de que el daño sanase muestra que el Edmontosaurus sobrevivió al ataque de un Tyrannosaurus durante su vida, es decir, el Tyrannosaurus había intentado depredación activa. Para apoyar a que el tiranosaurio rex era depredador, los científicos sostienen que hubiese sido imposible alimentarse sólo de carroña porque no morían tantos animales como para sostener la gran población de estos dinosaurios.
Así que ¿fue un formidable depredador o un inofensivo carroñero? Creo que se ha llegado a un empate: el tiranosaurio rex fue una formidable máquina de matar que también se alimentaba de carroña cuando se le presentaba la oportunidad.