Las bacterias del hierro son bacterias comunes en todo el mundo que obtienen la energía que necesitan para vivir y multiplicarse por oxidación del óxido ferroso (o los menos frecuentemente disponibles manganeso y aluminio) disueltos. El óxido férrico resultante es insoluble, apareciendo como un lodo marrón gelatinoso que mancha al contacto y que puede contribuir a la corrosión interna de de las tuberías cuando el agua fluye a través de ellas. Estas bacterias pueden vivir y proliferar en agua con un contenido tan bajo como 0,1 mg/l. Sin embargo, necesitan al menos 0,3 ppm de oxígeno disuelto en el agua para llevar a cabo la oxidación. Las bacterias del hierro no dan problemas de salud cuando son ingeridas en el agua, pero le dan un sabor desagradable. La presencia de las bacterias del hierro incrementa la posibilidad de proliferación de las bacterias del azufre.
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