TECTÓNICA: Una sorpresa, y no muy agradable.


La tragedia de Armero fue un desastre natural producto de la erupción del volcán Nevado del Ruiz el 13 de noviembre de 1985 en el departamento de Tolima, Colombia. Tras sesenta y nueve años de inactividad, la erupción tomó por sorpresa a los poblados cercanos, a pesar de que el Gobierno había recibido advertencias por parte de múltiples organismos vulcanológicos desde la aparición de los primeros indicios de actividad volcánica en septiembre de 1985.

Los flujos piroclásticos emitidos por el cráter del volcán fundieron cerca del 10% del glaciar de la montaña, enviando cuatro lahares —flujos de lodo, tierra y escombros productos de la actividad volcánica— que descendieron por las laderas del Nevado a 60 km/h. Los lahares aumentaron su velocidad en los barrancos y se encaminaron hacia los seis ríos más grandes en la base del volcán. El pueblo de Armero, ubicado a poco menos de 50 km del volcán, fue golpeado por dichos lahares, muriendo más de 20 000 de sus 29 000 habitantes.

(Las víctimas en otros pueblos, particularmente en la localidad de Chinchiná, aumentaron la cifra de muertos a 23 000. Alrededor del mundo se publicaron tomas de vídeo y fotografías de Omayra Sánchez, una adolescente víctima de la tragedia, que estuvo atrapada durante tres días hasta que finalmente falleció. )

 Los esfuerzos de rescate fueron obstaculizados por el lodo, que hacía casi imposible el moverse sin quedar atrapado. Para el momento en el que los rescatadores alcanzaron Armero, doce horas después de la erupción, muchas de las víctimas con heridas graves ya habían muerto. Los trabajadores de rescate quedaron horrorizados tras observar el panorama de desolación dejado tras la erupción, con árboles caídos, restos humanos irreconocibles y escombros de edificaciones.

 

ERUPCION:

Esta fue la segunda erupción volcánica más mortífera del siglo XX, superada sólo por la erupción del Monte Pelée en 1902 en la isla de Martinica, y el cuarto evento volcánico más mortífero desde el año 1500. Fue una catástrofe previsible, exacerbada por el desconocimiento de la violenta historia del volcán, pues geólogos y otros expertos habían advertido a las autoridades y a los medios de comunicación sobre el peligro durante las semanas y días previos a la tragedia. Se prepararon mapas de riesgo para las inmediaciones pero fueron escasamente difundidos. El día de la erupción se llevaron a cabo varios intentos de evacuación, pero debido a una tormenta las comunicaciones se vieron restringidas. Muchas de las víctimas se mantuvieron en sus hogares, tal como les había ordenado, creyendo que la erupción ya había terminado. El ruido de la tormenta pudo haber impedido que muchos escucharan el sonido proveniente del Ruiz.
Personalmente este caso me ha impactado muchísimo y mas después de ver este video sobre ello. Os lo dejo aquí por si alguno tiene curiosidad por verlo aunque reconozco que no son cosas bonitas de ver. ¡Espero que os haya gustado!
Elena Figueroa Gato


 

1 comentario:

  1. Muchas gracias por esta entrada Elena. Me ha sorprendido mucho lo que puede llegar a hacer la naturaleza, los daños que puede realizar y el peligro que puede llegar a tener. Bajo mi punto de vista la naturaleza es una de las únicas cosas que la mano del hombre no puede controlar, por ello puede llegar a ser muy peligrosa. La naturaleza nos regala vistas sorprendentes, paisajes hermosos, pero a la vez produce catástrofes trágicas y peligrosas.

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