Las células animales poseen unos compartimentos
internos, llamados orgánulos celulares, que se encargan de realizar
tareas específicas en la célula. Uno de estos orgánulos es la
mitocondria, cuya función más importante es la respiración celular, es
decir, oxidar compuestos orgánicos para conseguir obtener energía. Las
mitocondrias poseen varias características importantes que las hace un
poco diferentes del resto de los orgánulos de las células animales. Por
ejemplo, son orgánulos de doble membrana, poseen una envoltura exterior y
una envoltura interior. Pero la característica más sorprendente y
diferencial es que poseen su propio ADN.
Se
trata de un ADN circular de pequeño tamaño, posee alrededor de 16570
pares de bases, frente a los aproximadamente 3000 millones de pares de
bases del ADN nuclear. Y posee 37 genes, mientras que nuestro ADN
nuclear posee más de veinte mil.
Además, se da una circunstancia curiosa. Aunque
tanto óvulo como espermatozoide poseen mitocondrias, durante la
fecundación el espermatozoide solo aporta al cigoto su núcleo, su ADN,
siendo desechado la mayor parte del citoplasma del espermatozoide y con
él, sus mitocondrias. Y aunque consiguiese colarse alguna, pronto será
desechada.
Por
lo tanto, en un individuo todas sus mitocondrias derivan de las
mitocondrias del óvulo, es decir, de las mitocondrias de la madre. Y por
eso, todas sus mitocondrias tendrán una réplica del ADN mitocondrial de
la madre, idéntico salvo por posibles mutaciones, que si se diera el
caso serían absolutamente puntuales. Nuestras mitocondrias, por tanto,
nos anclan a una línea familiar materna. Por nuestro ADN mitocondrial
podremos determinar no sólo quién es nuestra madre, sino también si
pertenecemos a determinada línea familiar, ya que el ADN mitocondrial va
pasando de madres a hijos, sin que el ADN aportado por los varones
provoque ningún tipo de interferencia.
Además, el ADN mitocondrial procede solo de la madre y no ha sufrido
recombinación, que es el proceso que provoca que no existan dos óvulos y
dos espermatozoides iguales y que, por lo tanto, no existan dos
individuos con el mismo ADN nuclear idéntico (salvo los gemelos
homocigóticos y los individuos clonados, si los hubiese). Por último, el
ADN mitocondrial es de pequeño tamaño, fácil de manejar, con pocos
genes y una región específica ampliamente polimórfica (muy variable) que
permite discernir entre individuos que pertenecen a una misma línea
familiar.El descubrimiento del ADN Mitocondrial (ADNmt) ha sido uno de los hallazgos más relevantes sucedidos en la historia reciente de la genética. Mediante su estudio, los científicos han sido capaces de “rastrear” el origen de los seres humanos hasta sus primeros ancestros, viajando millones de años en el pasado. Como ha sucedido en otras oportunidades, estos avances científicos trascienden y son aplicables a otras disciplinas.
Se cree que la razón por la cual las mitocondrias tienen ADN es porque se produjo un simbiosis entre organismos procariotas, formando las células eucariotas. Esta teoría no solo se aplica a las mitocondrias, sino también al resto de orgánulos de las células eucariotas actuales.
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