Pues si, la naturaleza esta llena de curiosidades e historias para contar. Hablamos de la Elysia chlorotica, una babosa marina, de la familia Placobranchidae, que habita el litoral norteamericano, desde las costas de Nueva Escocia hasta el sur de Florida. Se hizo conocida por ser el primer animal en el que se demostró la capacidad de producir clorofila y realizar fotosíntesis. Utiliza la cleptoplastia para asimilar los cloroplastos de las algas que consume, de este modo puede procurarse alimento gracias a la fotosíntesis cuando escasean ejemplares de las algas que consume. Esto quiere decir que es el único animal conocido que obtiene su energía sin tener que comerla de otros. Los demás animales obtienen la energía comiendo vegetales o a otros animales que a su vez comieron vegetales.
La babosa “roba” los cloroplastos de las algas que consume y los genes reponsables de la producción de clorofila, pudiendo traspasarlos a las generaciones siguientes, incluyéndolos a su carril evolutivo. Esta curiosa especie come algas, pero a diferencia de cualquier otro animal que las come, dentro de esta babosa se descomponen de una forma que las estructuras fotosintéticas quedan preservadas.
Estas estructuras llamadas plástidos se mueven a su piel, y una vez allí siguen realizando la fotosíntesis. Así es que la chlorótica puede producir sus alimentos al estilo vegetal. Esos plástidos pueden continuar durante meses funcionando.
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