La Evolución en Oceanía II: El ornitorrinco


El equipo, que trabajó en ocho estados, comparó el código genético del ornitorrinco con el de los humanos, ratones, perros, mofetas y gallinas. Según los resultados, este animal comparte en un 80 por ciento los genes de otros mamíferos. Pero los expertos encontraron tanto genes que permiten poner huevos como de producción de leche. El ornitorrinco no tiene mamas, sino que alimenta a sus crías con leche que se segrega de la propia piel.


El Ornithorhynchus anatinus, que se clasifica en la subclase de los prototerios, es considerado un mamífero porque da de mamar a sus crías y tiene pelo. Pero muestra también características de las aves y reptiles, así como algunas muy curiosas y únicas: su pico cuenta con un sensor eléctrico muy complejo que le permite bucear y hallar a sus presas con ojos, oídos y nariz cerrados. Además, los machos pueden echar veneno en caso de necesidad, como muchos reptiles.

Un grupo de científicos ha conseguido desentrañar el mapa genético de uno de los mamíferos más extraordinarios del mundo, el ornitorrinco, y ha llegado a la conclusión de que es en parte mamífero, ave y reptil a la vez.
Esta especie tiene un olfato magnífico, puede orientarse mediante la captación de campos eléctricos, defenderse con veneno, poner huevos y dar de mamar sin pezones.
Dios aprieta el botón de "Aleatroio" a la hora de crear al ornitorrinco
En el estudio se comprueba que la extraña mezcla de diferentes clases de animales se constata ya en los genes. Los datos son publicados por los científicos de la Washington School of Medicine (St. Louis) en la revista británica Nature. Con ello cierran un importante vacío en la evolución de los mamíferos.
"Lo original en el ornitorrinco es que ha conservado una superposición muy amplia de dos clasificaciones muy distintas, mientras que los mamíferos posteriores perdieron todas las características de los reptiles", afirmó Wes Warren, profesor de genética y director del proyecto. Este animal se diferenció hace unos 166 millones de años de su predecesor primitivo y es por tanto el mamífero más lejano de los seres humanos.
En la búsqueda de similitudes con los reptiles, se descubrió que ambos cuentan con las mismas duplicaciones de secuencias genéticas responsables de la producción de veneno. Resulta fascinante sin embargo que éstas de desarrollaron en ambos grupos de manera totalmente independiente.
Los científicos se mostraron además sorprendidos por el hallazgo de muchos genes del olfato. "Esperábamos encontrar sólo unos pocos, porque estos animales pasan la mayor parte del tiempo bajo el agua", afirma Warren. Sin embargo existen genes similares en mamíferos con un olfato muy sensible como perros, por lo que ahora los expertos creen que el ornitorrinco tiene un gran olfato y que incluso puede oler bajo el agua.
Con 2.200 millones de pares de bases de ADN, el genoma del ornitorrinco alcanza un tamaño de dos tercios del humano. Tiene 18.500 genes, de forma similar a otros vertebrados, y 52 cromosomas, entre ellos muchos del área sexual, en total diez.

"A primera vista el ornitorrinco parece un accidente de la evolución. Pero más allá de cuán loco parezca este animal, su secuencia genética es impagable para la comprensión de los procesos biológicos de la evolución de los mamíferos", subraya Francis Collins, director del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano en Bethesda (estado de Maryland).
Ante esto, los científicos han calificado al ornitorrinco (y a la equidna, ya que ambos pertenecen al género Monotremata de mamíferos prototerios) como una especie intermedia, al igual que lo fue en su día el Archaeopteryx, con la ligera diferencia de 150'8 milllones de años desde la extinción del primer ave. 
Tal y como dije en el artículo del koala, esto pude deberse a que se ha frenado el proceso evolutivo de estas especies. Imaginémonos la situación: un reptil comienza a evolucionar para adaptarse al medio (Australia) hasta el punto de desarrollar caracteres mamíferos pero conservando aún algunos reptilianos (veneno, reproducción vivípera); llegados a este punto, el ornitorrinco está completamente adaptado y las mutaciones que sufre no son perjudiciales ni favorables, ya que el entorno no cambia (asombrosamente, no hay pruebas que indiquen que las grandes glaciaciones afectaron a Oceanía, cuyo clima se ha mantenido prácticamente igual desde la extinción de los dinosaurios). De este modo, nace el ornitorrinco/equidna, una mezcla de reptil y mamífero que al parecer, y según los últimos registros de ADN (que muestran resultados muy semejantes en distintos individuos, mostrando así la poca o escasa variabilidad), no tiene previsto evolucionar, ha frenado su avance y "prefiere" por el momento, seguir siendo una especie intermedia. 
La invariabilidad del clima y el medio australiano explicaría también porqué la equidna posee cuatro especies distintas, mientras que el ornitorrinco o el koala sólo una. Esto se debe a que mientras que estos últimos viven en un área determinada de la Oceanía continental (Autralia) la equidna habita además en diversas islas del continente, como Nueva Guinea o Indonesia. De este modo, se han desarrollado cuatro especies para cuatro hábitats con cuatro ambientes y climas distintos.
Sin embargo, mi versión preferida era la que los aborígenes (indígenas australianos) le daban a la creación de los ornitorrincos:
« Dice la leyenda que en el “Tiempo del Sueño” vivió una obstinada hembra de pato llamada Tharalkoo. Un día desobedeció las advertencias de sus padres, la pata nadó río abajo y se encontró con la rata de agua Bigoon, que la violó y la retuvo contra su voluntad. Cuando Tharalkoo consiguió escapar y regresó con su familia, llegó el tiempo en que otras patas empezaron a poner huevos y ella hizo lo mismo. Pero en lugar de un precioso patito, de su huevo nació una extraña quimera con la piel de un roedor que podía poner huevos y tenía pies de pato: el primer ornitorrinco.»
Lo que está claro, es que la evolución no está cerrada ni mucho menos, y que su estudio, para resultar eficaz, debe pasar por Oceanía para explicar, de una vez por todas, la diversidad del Planeta Tierra

No hay comentarios:

Publicar un comentario