Tras estar barajando muchas posibilidades, decidí exponeros esta relación tan peculiar que se da lugar en el maravilloso fondo marino.
Esta extraña simbiosis se produce en los mares que están más allá
del Círculo polar ártico entre el "Tiburón de Groelandia” y un crustáceo
parásito. A simple vista puede parecer una relación de parasitismo pero es
simbiótica a pesar de lo que tu mente pueda alcanzar a juzgar.
El tiburón de Groenlandia suele alimentarse de carroña en el fondo
del mar, pero también come presas rápidas como calamares y salmones. Esta
alimentación tan variada es sorprendente ya que casi el 80% de los tiburones
son ciegos, accidente debido a la obra de un parásito. Ese pequeño apéndice que
cuelga de su órbita es en realidad un crustáceo parásito que se alimenta
raspando la córnea del ojo del tiburón; la cicatriz que le provoca es tan
grande que el Tiburón queda ciego.
Sería mortal para otros peces, pero en el caso de los tiburones, su
olfato es tan sensible que no necesita ojos para cazar. De hecho, el
"Crustáceo" ayuda al tiburón como señuelo para atraer a las presas.
Esta extraordinaria relación es tan grotesca como beneficiosa para ambas
partes.
¡Nos vemos en la siguiente aportación!
Manuel Carmona Ladrón de Guevara. 4º E.S.O.-C nº1
Bibliografía: https://gradocienciasdelmar.files.wordpress.com/2012/09/trabajo-de-biodiversidad-marina.docx (En este artículo hay muchísimas relaciones interespecíficas)
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