Ésta es la pregunta que el
investigador sueco Jonas Frisen ha respondido recientemente, usando grandes
dosis de ingenio.
Para hacernos una idea tenemos un total de 2
billones de células en nuestro cuerpo.

Frisen se preguntó si no habría una especie de marcador natural, un reloj universal que midiera exactamente el tiempo que ha estado viviendo una célula. Se inspiró en la radiactividad, los núcleos de los átomos radiactivos se desintegran a una velocidad bastante constante y, si se conoce la proporción de una sustancia radiactiva que había en origen, cuando se formó la célula, se puede calcular la edad de ésta midiendo la cantidad de radiactividad que presenta en la actualidad.
Los resultados de aplicar sus estudios a
las células humanas han sido muy interesantes. Demuestran que nuestro cuerpo tiene una edad media de entre 7 y 10 años,
a pesar de que nosotros tengamos varias décadas más debido a que la mayoría de las células se renuevan siendo los
ritmos de renovación diferentes entre cada tipo de célula.
Las células que menos viven son las que
están sometidas a un mayor desgaste como las células que
recubren el interior del sistema digestivo, que están sometidas
al ataque constante de ácidos y enzimas digestivas, viven una media de 5 días
Los glóbulos rojos de la sangre, muy golpeados después de viajar muchos kilómetros por el torrente circulatorio, duran unos 120 días
Las células del hígado, que deben procesar todo tipo de sustancias tóxicas, se desgastan también pronto: viven entre 300 y 500 días.
Otras células que no soportan tanto ajetreo tienen una vida
mucho más duradera. Las células de nuestros huesos
viven unos diez años. Hay incluso células que no se reemplazan en toda la vida: las neuronas
de la corteza cerebral y las del cristalino
o lente interna del ojo.
Las células del corazón se incluían
antes también entre las que no se renovaban, pero los últimos estudios parecen
mostrar que se generan algunas nuevas células a lo largo
de la vida.
De igual modo hasta hace poco tiempo se pensaba que ninguna célula del sistema nervioso central se regeneraba pero hace unos años se comprobó que hay al menos algunas áreas del cerebro en las que las neuronas se renuevan: el bulbo olfatorio, que procesa la información olfativa, y el hipocampo, una estructura involucrada en la memoria visual.
En el cerebelo, del que recientemente se ha averiguado que participa en bastantes tareas importantes, como la coordinación de movimientos delicados o la audición de las palabras, las células son algo más jóvenes que en el cerebro, lo que indica que su tasa de renovación es mayor.
Las últimas investigaciones parecen mostrar también que una de las principales causas del envejecimiento es la pérdida de capacidad con la edad de las células madre de generar nuevas células en cada tipo de tejido.
Si se pudiera influir sobre estas células para aumentar su vitalidad, podríamos asegurarnos un periodo de vida mucho más prolongado. Incluso podrían inyectarse periódicamente células madre cultivadas fuera del cuerpo para renovarlo. El hecho de que haya células capaces de vivir varias décadas demuestra que los factores internos de envejecimiento celular (como la alteración del ADN nuclear, y sobre todo, mitocondrial) podrían no ser demasiado determinantes.
Puede estar relativamente cerca el momento en que podamos sustituir las piezas dañadas de nuestro cuerpo de forma rutinaria. Aunque la manipulación de células madre es peligrosa: lo que promueve su proliferación puede promover también un cáncer. Por otro lado, el hecho de que las neuronas de nuestra corteza cerebral no se renueven, cuando diversos estudios indican que poseen cierta capacidad para hacerlo, puede estar indicándonos algo profundo.
Renovar estas células significaría luchar contra enfermedades tan devastadoras como el Alzheimer o el Parkinson, pero también quizá significaría dejar de ser en gran medida nosotros mismos.
http://blogsdelagente.com/dios-no-existe-nuestro-cerebro-si/2011/01/29/cuanto-viven-sus-celulas-las-ignora-las-esclaviza-las-aprecia/?doing_wp_cron
Antonio, interesante la entrada. Me ha gustado la descripción del uso de sustancias radiactivas para calcular la tasa de renovación celular. Me ha resultado sugerente tu última observación...¿tendrá algún sentido evolutivo que no llegamos a entender el hecho de que las neuronas de la corteza cerebral no se dividan...interesante..¡¡Habrá que seguir investigando!!
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