RELACIONES INTERESPECÍFICAS

  • El mimetismo mulleriano se produce cuando dos especies crean por convergencia evolutiva unas señales que indican que no deben ser comidas ni amenazadas, ambas especies son venenosas y aprovechan su parecido para que el depredador lo recuerde con mayor facilidad, si se ha encontrado con una asociará el suceso a las señales que presentaba el animal y no a la especie.
Ejemplo:
 
las abejas y las avispas, ambas presentan bandas negras y amarillas. Como ambas comparten el mismo patrón de advertencia, los predadores (aves, reptiles, anfibios, arañas, etc.) aprenden con mayor rapidez a evitarlas recibiendo también un beneficio, ya que se ahorran el gasto energético que implica cazar presas desagradables o peligrosas. 



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