Los científicos llegaron a estas conclusiones después de analizar un fragmento de ADN,de dos miembros de sexo masculino de una familia china separados por 13 generaciones con un antepasado común que nació en 1805.
En concreto examinaron el cromosoma , que pasa intacto de padres a hijos salvo en los casos raros en que se produce una mutación. Pese a las numerosas generaciones que separaban a los dos sujetos, el ADN era prácticamente idéntico y sólo contenía cuatro mutaciones que ocurrieron de manera natural. El resultado indica que se produce una mutación nueva, como mínimo, por cada 30 millones de las bases de ADN que forman el genoma.
Esto podría conducir a nuevos tratamientos para las enfermedades genéticas y proporcionar nuevos datos sobre nuestra evolución
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