Investigadores de España, EEUU y Canadá han descubierto el mecanismo que hay detrás del riesgo de sufrir obesidad. La clave, una vez más, está en el cerebro.
Como si de un interruptor se tratara el gen IRX3 puede estar encendido o apagado, aquellos que tienen el IRX3 desactivado pesan menos que los que tienen el gen encendido, según determina el estudio.
Los investigadores llegaron a esta conclusión observando un ratón del laboratorio de Toronto (Canadá). Este roedor parece igual de blanco y corriente que los demás, pero si se pone al lado de otro resulta que es más delgado. La única diferencia entre ellos es un gen desactivado que le hace ser un 30% más delgado a pesar de llevar la misma dieta.
Desde hace tiempo se sabe que hay una variante genética en humanos que da a su portador tres kilos más de media y un mayor riesgo de sufrir obesidad. Se trata de una mutación en el gen FTO, pero hasta ahora no se había explicado por qué esta mutación hacía engordar a los individuos.
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